EL CLIMA LABORAL EN TIEMPOS CONFUSOS

Cuando hablamos de clima laboral, corremos el riesgo de pensar en unas condiciones de partida ideales y enfocamos el análisis partiendo de esa base, pero ¿qué ocurre cuando ese punto de partida es un momento de crisis, inestable e incierto?

Existen factores que influyen en el clima laboral en un escenario en crisis, así como se dan unos roles y comportamientos específicos e identificables. 


Tal y como ocurre en la vida cotidiana, ante un suceso traumático cada persona reacciona de diferente manera. Entre los efectos más inmediatos se encuentra un aumento del estrés cotidiano, situaciones que anteriormente se sobrellevaban ahora son motivo de protesta. Suele aumentar el número de casos de ansiedad y depresión. También se produce un aumento de la desconfianza y aparición de temores e incertidumbre.

La sensación de hastío y agotamiento, sobre todo psicológico, también es frecuente en estas situaciones. En el caso de que el colaborador sienta que su empresa "le ha fallado", se puede dar una ruptura de los lazos emocionales creados desde hace mucho tiempo, personas que estaban implicadas en la empresa empiezan a dejar de estarlo o a tener muchas dudas. Se desligan moralmente de la empresa e intentan realizar su trabajo de la forma más aséptica posible.

Algunos trabajadores se ciñen estrictamente a las normas y pautas vigentes, con lo cual se pierde flexibilidad y aumenta la burocracia. Esto puede ser muy grave en empresas en mercados o escenarios cambiantes y que necesitan agilidad en el día a día. Pero el trabajador encuentra seguridad en las normas y procedimientos. Igualmente se da el caso de colaboradores que toman la dirección contraria, en situaciones de crisis se saltan las normas y deciden “por instinto”, decisión tanto o más peligrosa que la citada anteriormente.

Como posibles medidas a tomar por la empresa es fundamental la comunicación interna, proporcionar una información precisa, veraz y adecuada sobre la situación. Reforzar la cohesión grupal y fomentar el compañerismo puede ser otra de las posibles soluciones que ayuden a atenuar los comportamientos descritos. Organizar reuniones on line, eventos en redes sociales o encuentros virtuales puede ser positivo.

Un rol fundamental es el cohesionador de grupos, suele ser un individuo optimista por naturaleza y al que gusta la vida social y el trabajo en equipo. Estos momentos de crisis aumentan su protagonismo y se convierte en un líder informal, partiendo de unos valores más humanos o sociales que empresariales.

Y finalmente, siempre nos queda la herramienta de la escucha activa, proponer consejos y recomendaciones y consensuar acciones colectivas.

Fidel Hurtado Galaviz
Técnico Prevención de Riesgos Laborales